Arasanz Garcia

ArasanzGarcía

Rozando Argelia.

La cárcel portuguesa, dromedarios, acacias y desilusión en el BMW camp.

Escrito por Javier (Navegante), fechado el 15 de noviembre de 2022.

Actividad en las mañanas.Farmacia cerrada.Otra mañana clara y fresca en el desierto del Sáhara. Serian poco mas de las 8 de una clara y anaranjada mañana, cuando volvimos a reunirnos los cuatro, pera ya en frio tomar la decisión de nuestra ruta de hoy. A veces en el calor del día se toman decisiones no muy acertadas, en este caso consensuamos la misma decisión de la tarde anterior, iríamos por el track de seguridad por carretera, ya que las pistas con más de 120 Km, se nos hacían muy largas, teniendo en cuenta que las arenas estaban al acecho.

Partimos pues sobre las 8:21 minutos, en dirección al BMW Camp, que solo teníamos como destino en el track. En la carretera paisanos con bicicleta hacían abanicos con el pedaleo constante del que tiene un camino definido y quiere llegar al destino, ya sean las escuelas o los trabajos. Transeúntes, chicas y chicos, con pequeñas mochilas o libros en ristre, avanzaban entre charlas y risas hacia la escuela, comenzaba un día más para ellos y otro día de ilusión para nosotros.

En Erfoud, fuimos buscando una farmacia, ya que Rodrigo tenia síntomas de resfriado y quería tomar algo antes de que pasara a mayores. En este punto de nuestro periplo por Marruecos, nuestro amigo Federico se encontraba con un resfriado "de bigotes" y tenia que seguirnos a duras penas por los tracks de seguridad, con una congestión que le impedía casi hablar y ademas un estado febril que no permitía disfrutar de los paisajes, solo pensaba en llegar al hotel siguiente y descansar lo antes posible para reponer fuerzas para el día siguiente. La mala suerte quiso que la farmacia que encontráramos en Erfoud estuviera cerrada, así que teníamos que dejar esta suerte para otra población. Salíamos de ciudad por la N-13, para al sur enlazar con la N-12 que viraba en dirección al Atlántico, al oeste.

A unos 10 km del cruce entre ambas carreteras, a nuestra derecha, salia el desvío a la pista que lleva al Gara Medouar, lo que comúnmente se llama la "cárcel portuguesa". Tomamos la pista para recorrer los 4 Km que median hasta el punto geográfica y entramos en el recinto de la antigua construcción. Se estaban llevando a cabo obras de acondicionamiento, ya que este punto había sido elegido por los responsables cineastas para rodar algunas escenas de la película "El fin del Mundo", no era la primera vez que los cineastas habían tomado este enclave como decorado de sus películas, sin ir mas lejos, la mencionada "Ciudad de Hamunaptra" de la película "La Momia" se había rodado en este curioso lugar.

La Carcel Portuguesa.

Amigos.Ligera.Dentro del recinto, aparcamos las motos y sellamos en el CP nuestro particular pasaporte de la prueba. Allí nos encontramos con nuestro querido Don Paco Torres, con el que departimos algunas risas y nos hicimos unas fotos para el recuerdo. Me había llevado el frasco que la organización nos había dado en el "paquete de bienvenida" y metí en su interior un poco de la arena acumulada tras las desgastabas paredes de la construcción original. Me llevé un recuerdo de "Hamunaptra", que tengo en la repisa de los recuerdos de Marruecos.

Deshicimos los 4 Km para volver a la carretera principal, a las 10:30 estábamos ya en el asfalto en dirección a Zagora. Apenas una media hora después, Nicasio me adelantaba indicándome que parasemos para tomar algo de agua y disfrutar del paisaje austero del desierto, fue tirando hasta que entramos en una pista a la derecha y paramos a unos 150 metros de la carretera, bajo unas acacias, para ver unos dromedarios "salvajes" que triscaban penosamente en los ralos y desperdigados manchones verdes de este árido lugar. Hicimos unas fotos de grupo y algunas a los dromedarios y después de un rato de solaz descanso, volvíamos sobre nuestros pasos a la carretera. Entramos en la N-12 para seguir nuestro camino.

Con el desierto por compañero, cercados por lejanas montañas de achaparrado aspecto y de oscuro color marrón o gris, habíamos ido pasando entre llanuras yermas o llanuras de salpicadas acacias. Era curioso como tras un cambio de rasante, cambiaba el entorno y pasamos del árido desierto a un planicie salpicada de matas, hierba de camello y acacias e viceversa. Cada cambio de rasante era una nueva historia en este recorrido tranquilo y sinuoso. En estas estábamos, cuando sobre las 12 del mediodía entrabamos en la población de Alnif. Lo primero que se nos presentaba era la gasolinera y allí entramos para repostar y preguntar por una farmacia. Tomamos un té y media hora después subíamos a nuestras monturas para encontrar la farmacia, que estaba en el camino que habíamos de seguir. En busca del local, escudriñábamos en los lugares que nos encontrábamos hasta que a la altura del cruce de la N-12 con la R-113 encontramos en una calle, a unos 20 metros de la carretera principal, la codiciada farmacia. Paramos y fuimos entrando en ella para comprar los medicamentos que pudieran mejorarnos. Rodrigo compro sus pastillas, gracias al francés que dominaba Nicasio y la buena voluntad del farmacéutico, así mismo esté último compró dos frascos de propoleo, medicina ideal para la garganta, uno de los cuales me acompaño en la maleta hasta el ultimo día de nuestro periplo.

Dromedarios.Montañas.

A la sombra de una acacia.Se cernía la hora de la comida cuando entrabamos en la población de Tazzarine, a las 14 horas parábamos en el restaurante Touareg, para compartir un suculento tajin, unas brochetas y una tortilla bereber, ésta última espectacular. Aunque parezca mentira, cada tajine y cada brocheta eran diferentes, eran de pollo o de vaca o de cordero y las verduras también cambiaban, así que no es cansado ya que no se parecen los tajines de un día para otro. En este caso la brochetas las pedimos de vaca, "beef" y la verdad es que el aderezo estaba bastante bueno. Apenas quedaban 40Km al destino, así que no había prisa por llegar.

Después de una agradable comida, faltaban 15 minutos para las 4 de la tarde, cuando retomábamos nuestro camino por la N-12, para llegar a Taghbalte, donde salíamos por un desvío a la derecha, a una carretera vecinal tras la que unos 3 Km adelante, ya a la vista el campamento, iniciábamos una pista que atravesaba unas llanuras de arena y llegábamos a nuestro destino. El acceso al campamento estaba al borde de unas dunas, que había que flanquear a través de una lenguas de arena, bueno en realidad no eran lenguas de arena, parecía más un arenal como una playa o así, con zonas mas duras y otras más blandas. Pudimos pasar gateando los arenales entre dunas y entrabamos por el arco de bienvenida al campamento. Apenas unos 70 Km, en linea recta, nos separaban de la frontera con Argelia.

Llegando al destino.Descargamos las cosas del baúl y fuimos a recoger las bolsas que la organización transporta entre hoteles en las jornadas marroquíes. Quedamos en vernos después de la ducha y pasar la calurosa tarde charlando tranquilamente. Fui hacia la haima que tenia asignada y me encontré la cama y las paredes típicas de estos hospedajes, de telas fuertes, con el suelo repleto de alfombras, pero... ¿Donde estaban la ducha, el lavabo y el aseo?. No podía creer lo que estaba viendo, en todos los eventos anteriores de BMW en Marruecos, las haimas incorporaban ducha, lavabo y aseo en el mismo habitáculo, podían ser dos camas en caso de habitación compartida o una sola cama en caso de individual, pero los aseos estaban dentro de las haimas. La verdad es que no puedo describir la sensación que tenia cuando ya fui consciente del "engaño" en el que estábamos sumidos, fui a buscar las letrinas y aseos y estaban en un apartado del mismo campamento, había 10 letrinas y 10 duchas para algo mas de 130 personas, para llegar a estas, había que andar en medio de pasillos abiertos en el techo y con alfombras por suelo. Si tenias ganas de ir al aseo por la noche, había que vestirse, ya que la temperatura en el desierto en esta época baja mucho, rozando los 5 grados.

Con un "cabreo" del quince, me duche y fui a reunirme con mis amigos en su haima, me sentía desconsolado y la verdad no podía creer lo que comentábamos entre todos. Mi enfado era monumental, había pagado 600 EUR más por no compartir habitación con nadie y me encontraba dos noches no compartiendo habitación, sino letrinas, duchas y lavabo comunitario. Parecía una broma de muy mal gusto.

Nicasio, según me comento más tarde, se había acercado a Tony, el responsable de Hummer Raids y le dijo:

- Esto es una broma ¿no?.

Yo por mi parte no quería hablar con la Organización, estaba tan "encendido" que quizás dijera palabras que no quería. Decidí pasar de largo cada vez que me los encontrara, hasta estar lo bastante calmado para poder hablar con tranquilidad, algo que por el momento, en ese día no pasaría.

Fue cayendo la calurosa tarde y los tonos anaranjados del sol que se ocultaba tras de la majestuosa duna que teníamos frente al campamento, formaban largas y caprichosas formas. El colorido era espectacular, casi como mi cabreo. En estas, pasaban ya las seis de la tarde, cuando el grupo de "los Pacos" llegaba al campamento, justo entre dos luces, casi entrando ya la noche. En principio habría un brifing en la noche, sobre las ocho o así, pero se fue posponiendo ya que algunos compañeros que intentaron hacer toda la pista, aún no habían llegado. Entre ellos Cata, Ángel, Jorge y Tomas. Serian ya pasadas las 21 horas, cuando se divisaban luces en el horizonte oscuro de la estrellada noche del desierto, cruzando la Vía Láctea, los faros de los coches de asistencia y de las últimas motos por llegar, avanzaban por entre los arenales, para por fin arribar al campamento. Se había vuelto a incumplir otra de las directrices del evento, a saber: NO CIRCULAR DE NOCHE POR MARRUECOS. No se puede hacer una ruta en la que el tiempo de realización vaya más allá de las horas del día. Otro error de la organización, ya empezaban a ser demasiados.

Después del ajetreado día, cenamos y se nos indico que a primera hora del siguiente día habría un brifing. Además, era día de descanso. Terminé de la cena, salí al exterior del campamento para ver la noche estrellada, pasados unos minutos me dirigí hacia las letrinas para el ultimo vaciado de vejiga del día. Que incomodo era todo esto.

Antes de acostarme, pase a ver a Federico, que gemía en su "catre", por si necesitaba algo, allí estaba también Nicasio, para lo mismo. Con cara febril y voz muy apagada, nos dio las gracias y nosotros correspondimos con un "buenas noches" que en verdad deseamos a nuestro enfermo amigo, a ver si a lo largo de la noche, gracias al descanso, recuperaba algo de su animo y mejoraba.

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